Julio Cortázar - Hotel Kafka - Cursos

Tfno.
917 025 016

Est�s en Home » Blogs » Julio Cortázar

miércoles, junio 06, 2007

La colección personal de cuentos de Cortázar



Este libro, 'Cuentos inolvidables según Julio Cortázar' (Alfaguara) reúne diez de los relatos preferidos del autor de 'Rayuela'.

Que el escritor argentino Julio Cortázar era un lector furibundo de cuentos es algo conocido. En muchas ocasiones -en conferencias y entrevistas- dejó ver cuáles eran sus razones para preferir ese género y enumeró algunos de sus relatos preferidos. En su texto Algunos aspectos del cuento, Cortázar escribió:


"... ¿No es verdad que cada uno tiene su colección de cuentos? Yo tengo la mía"... y siguió con una lista en la que estaban autores como Jorge Luis Borges, Truman Capote y Ernest Hemingway. Cortázar era lector de cuentos de temáticas diversas -con predilección por la ciencia ficción- y de estilos muy variados, aunque sentía preferencia por autores de habla inglesa.


Entre ellos los cuentos están Tlön, Uqbar, Orbis, Tertius, de Borges; William Wilson, de Poe, y La casa inundada, de Felisberto Hernández. Completan la lista relatos de Ambrose Bierce, Truman Capote, Henry James, León Tolstoi, Juan Carlos Onetti, Leonora Carrington y Katherine Mansfield. Buenos cuentos, rec

Etiquetas: , , , , , ,

miércoles, abril 25, 2007

Edith Aron, su propia 'maga'

La mujer que dicen que inspiró a Cortázar publica sus "rayuelas" en España

Edith Aron está a punto de cumplir 80 años y conserva la mirada y la ingenuidad que la convirtieron para muchos en la joven que en los años cincuenta de París inspiró la Maga de Rayuela, la novela más famosa de Julio Cortázar.

Edith Aron
Se vieron en un barco, a mitad de siglo, pero aunque vivían en Buenos Aires ese viaje común no los puso juntos; después, ya en París ambos, vivieron la amistad y la bohemia de aquellos años, y ella se hizo una figura de aquel conglomerado latinoamericano que hizo de París lo que cuenta Rayuela.

Ella estaba ayer en Madrid, presentando su propio libro, 55 Rayuelas, publicado en la colección La Otra Orilla por la editorial Belacqua. "¿Yo la Maga? Yo soy mi propia persona".

Es una mujer especial. Vive en Londres, con su hija, Joanna Bergin, cantante de ópera; al lado de su casa está el paso de peatones que cruzaron los Beatles para hacerse la foto más famosa de la historia de la música pop, y un día hasta allí se acercó Julio Cortázar, para saludarla por última vez en la vida, en 1977. Él moriría unos años más tarde. Ella nunca se recuperó de una "traición indigna de Julio", que impidió que salieran en alemán (la lengua natal de Edith) unos cuentos suyos traducidos por ella.

Cortázar apareció en la casa, él jugó con Joanna, que entonces era una niña, y se fue. La reconciliación acaso está en el alma, y en cierto modo en este libro, pero aún no puede estar en las palabras. Internet le ha ayudado a aliviar su rabia: ahí, en la Red, están las traducciones que Cortázar impidió que estuviera en forma de libro.

Pero Julio fue su amigo y, "en cierta manera, mi profesor"; le enseñó muchas cosas, y sobre todo le relacionó con un mundo, el latinoamericano, "que hoy me sigue emocionando". Y se emociona de veras, sus ojos se humedecen, cuando recuerda qué le apasiona de este universo "que me tiene más feliz en Madrid o Barcelona que en Londres o en Berlín". Aunque en ningún momento ella acepte que fue la Maga, estas 55 Rayuelas que figuran en el frontispicio de su nuevo libro (tiene otros, El tiempo en las maletas y Las casas falsas, "¡y tengo el triple en mis cajones!") le parece un buen título: "Fíjese: yo siento que él fue mi profesor en muchas cosas, y estas rayuelas significan mucho como expresión de mi gratitud"; pero cuando recibió el paquete de libros que le envió la editorial, "puse encima de la portada, ésta en la que se ve la rayuela", como en la primera edición latinoamericana de la famosa novela, "un papel que decía, en alemán, Mein Buch".

No es Rayuela, ni lo pretende, una carta a Julio, que sale "cuando es importante", pero refleja en muchos de sus cuentos o rayuelas el mundo que ahora resulta ya definitivamente cortazariano y rayuelino. He aquí, por ejemplo, una frase que parece extraída de las ocurrencias surrealistas, e incandescentes, de aquella Maga de la que varias generaciones hubieran querido estar enamoradas: "Cuando íbamos a hacer las compras con mi madre, cogíamos la Obere Alleestrasse, que estaba rodeada de acacias. Allí fue donde pregunté: 'Mami, en realidad, ¿qué significa en realidad?".

El libro no es el pago de ninguna deuda, sino el efecto de su pasión por la escritura, que acaso se le aceleró en aquellos años en los que Rayuela aún no era un libro, sino una manera de vivir. Detrás de su propia escritura ella ve, sobre todo, "a los latinoamericanos, y a ellos me abrió Julio; aparte de que me apasionan los cuentos de Joseph Roth, vuelvo siempre a Borges, a Bioy, a Silvina Ocampo, a los que he traducido al alemán... Ahora creo que voy a leer a Juan Carlos Onetti, me hablan tanto de él. Y Elías Canetti. ¿Usted conoce a Canetti? Qué grande es Canetti".

En Rayuela hay algunas pistas que llevan a Edith como la Maga, y aunque ella ahuyenta esa suposición salta como una espectadora asombrada cuando se le nombra a Mondrian, un personaje fundamental en la historia del arte que se contiene en la novela de Cortázar. "¿Mondrian? ¡Pero es maravilloso!".

Vuelve hoy a Londres, a la bruma que rodea un mundo (el mundo entero) que está ahora "peor que nunca". "¿Ha visto usted el horror que ha pasado en Virginia? Ese idiota segando tantas vidas". Soñadora, como en muchas partes de sus 55 Rayuelas, Edith Aron vive a sus 80 años como si aún tuviera detrás el asombro de vivir y la rabia de despertar. Abrió los ojos en París, dice, y ni en sueños los ha cerrado. Son potentes. Imposible decir si fue la Maga. Pero se le parece mucho.

(publicado originalmente por El País: http://www.elpais.com/articulo/cultura/Edith/Aron/propia/maga/elpepucul/20070420elpepicul_4/Tes )

Etiquetas: , , , , , , ,

sábado, febrero 24, 2007

Cuentos inolvidables, según Julio Cortázar

En una publicación reciente, Alfaguara reunió una antología con los relatos que fascinaron al gran escritor

Julio Cortázar. La lista de cuentos favoritos de Cortázar incluye autores como Edgar Alan Poe, Jorge Luis Borges y Tolstoi.

"¿No es verdad que cada uno tiene su colección de cuentos? Yo tengo la mía...". Así se pronunció Julio Cortázar en una conferencia que llamó "Algunos aspectos del cuento" y en muchas otras oportunidades manifestó su admiración por ciertos cuentos que le resultaban inolvidables.

Esas declaraciones inspiraron una antología: Cuentos inolvidables según Julio Cortázar (Ed. Alfaguara), que reúne un variado grupo de magníficos relatos.
Frente a aquel público, el autor de Rayuela confesó: "Muchas veces me he preguntado cuál es la virtud de ciertos cuentos inolvidables. En el momento los leímos junto con muchos otros, que incluso podían ser de los mismos autores. Y he aquí que los años han pasado y hemos vivido y olvidado tanto; pero esos pequeños, insignificantes cuentos, esos granos de arena en el inmenso mar de la literatura, siguen ahí, latiendo en nosotros".


Es fácil imaginar la escena: Cortázar sentado en un escenario formalmente engalanado para la ocasión, hablando pausadamente y tratando de encontrarle postura a sus larguísimas piernas debajo de la mesa. Todo frente a un público silencioso y ansioso por escuchar esa fabulosa lista que todos veían venir. Y llegó: "Yo tengo la mía, y podría dar algunos nombres", dijo Cortázar. Y los dio. Fueron diez. Pero al final de la enumeración agregó: "y así podría seguir y seguir".


Carles Alvarez Garriga, prologador de la obra, sostiene que es plausible suponer que si Cortázar decidió no cerrar la lista de cuentos inolvidables que enunció en su conferencia, fue porque sabía que las listas entrañan provisionalidad, y un lector abierto a las novedades en casi todos los géneros no iba a atarse al compromiso de una nómina excluyente.

En torno a finales de la década de 1960, Cortázar dejó de ser el autor secreto que se había ido de Buenos Aires tras publicar un volumen de relatos que apenas leyeron cuatro afines al Surrealismo. Dejó de ser ese desconocido del gran público que pudo encerrarse a escribir su más célebre novela en el primer piso de una casa de París que había sido una caballeriza, al fondo de un patio arbolado que aún visita un pájaro migratorio, un día al año y todos los años. Cuando la fama lo alcanzó -está por verse si, como indicó Piglia, ése no fue su gran drama-, su parecer empezó a ser requerido en todos los debates. También -y he ahí el aspecto negativo- lo interrogaban día y noche sobre nimiedades, a tal punto que él mismo llegó a bromear diciendo que, de ir al cielo cuando muriera, seguramente San Pedro estaría esperándolo en la puerta con las mismas preguntas.

La lista de cuentos que publica Alfaguara en su antología fue conciliada a partir de lo mencionado en aquella famosa conferencia y en otras ofrecidas por Cortázar en el "apogeo de su autoridad intelectual". Por ejemplo, "Del cuento breve y sus alrededores", "Notas sobre lo gótico en el Río de la Plata" y "El estado actual de la narrativa Hispanoamericana".
Este lluvioso verano salteño, que se parece más a un cuento "macondiano" que a una cálida pintura de Gauguin, podría ser el tiempo propicio para acercarnos a la buena literatura recomendada por este genial autor. Pase sin golpear.


La lista recomendada


Tlön, Uqbar, Orbis Tertius - Jorge Luis Borges
William Wilson - Edgar Allan Poe
Un recuerdo navideño - Truman Capote
El puente sobre el río del Búho - Ambrose Bierce
La lección del maestro - Henry James
La muerte de Iván Ilich - León Tolstoi
Un sueño realizado - Juan Carlos Onetti
La casa inundada - Felisberto Hernández
Conejos blancos - Leonora Carrington
Extasis - Katherine Mansfield

Etiquetas: , , , , ,