Rafael Reig, blog, escritor, novelista, literaturaPues aquí pondré lo que se me vaya ocurriendo. Poca cosa, en general. Lo primero que se me pase por la cabeza. Lo que lea por ahí y lo que me cuenten en la barra de los bares o los amigos. Y si alguien quiere poner algo también, estupendo: no censuraré ningún comentario. Corrijo: sólo permitiré que se publiquen los comentarios que a mí me dé la gana y no daré ninguna explicación al respecto

Javier Marías emparedado

He estado con catarro y en varias borracherías, tanto en Donosti como en Madrid.

Te lo cuento otro rato.

Estos días, sin embargo, me han dado muchos la lata con un artículo de Javier Marías.

Lo he leído. Denuncia Marías su posición emparedado, metido en un sandwich, entre dos generaciones literarias de aduladores, resentidos y rencorosos. Cuando él empezó a publicar, todos eran unos interesados, flatulentos, etc. Lo peor no es eso: en cuanto Marías se hizo conocido, la generación siguiente también empezó a comportarse igual: haciéndole la pelota, pasando factura por la adulación, etc. Sólo él, Marías, como en el poema de Kipling, supo mantenerse firme y no ceder a la tentación, sólo él será un hombre, hijo mío.

Pues bien, pues vale.

Es conmovedor que los escritores de una cierta edad ya se propongan a sí mismos como espejo de virtudes morales.

Entre los ejemplos que cita de pestíferos aduladores y miserables cobistas que declaran admiración y luego pasan factura (o se tornan odiadores por resentimiento si no les devuelves el favor) cita a un tal bloguero R y dice:

El bloguero R me mandó un libro suyo humorístico en cuya dedicatoria me aseguraba que el humor era una forma de admiración; lo hojeé, y al ver que, en contra de lo que él creía, Dios no lo había llamado por esa senda (no tenía ni puta gracia, ni la tiene jamás), me abstuve de contestarle; desde entonces sólo me llegan ecos de sus diatribas contra mí, y me pregunto qué se hizo de la humorística admiración.

¿Que si se refiere a mí?

No, estoy seguro de que es un ejemplo inventado.

Primero, no creo que sepa ni quién soy.

Segundo, Marías es un caballero y una persona adulta. Si quisiera decir algo de mí, lo diría con nombre y apellido, no utilizaría una pulla de patio de colegio.

Tercero, Marías, si se refiriera a mí, no omitiría ciertos datos, como por ejemplo: qué libro le envié, de qué trataba, cómo salía él parado en ese libro, qué decía de él allí, etc.

No conozco de nada a Javier Marías.

Publiqué cinco novelas, cinco, y jamás se me ocurrió enviarle ninguna.

Sin embargo, en mi sexta novela, Manual de literatura para caníbales, Javier Marías aparecía como uno de los personajes.

Es una novela humorística y Marías aparece caricaturizado. Dadas las circunstancias, me pareció que lo decente era enviarle un ejemplar.

¿Para buscar su apoyo o hacerle la pelota? No fastidies: enviarle precisamente ese libro a Javier Marías con esa finalidad no se le ocurre ni al que asó la manteca.

Lo hice sólo porque me parecía lo decente: si caricaturizo a alguien, se lo digo y ya está.

No recuerdo qué le puse, pero sí recuerdo que venía a decir que confiaba en que no se lo tomara a mal, y que tuviera en cuenta que el humor también es una forma de admiración.

Si se refiriera a mí, Marías no habría omitido todo esto, que alteraría de forma muy significativa la historia, ¿no te parece? Por tanto, no se puede referir a mí, porque Marías no haría algo tan torticero.

«Desde entonces» no he lanzado ninguna diatriba contra Marías: entre otras cosas porque lo que tenía que decir sobre él ya lo había dicho en ese libro, con nombre y apellido, y que además le envié.

De hecho, si me preguntan, evito hablar de Marías.

Salvo para recomendar sus artículos y un libro de semblanzas de escritores que tiene y que me parece estupendo.

Sólo escribí, desde entonces, un artículo sobre Marías.

Me enteré de que un tal Alcaraz, un energúmeno de la AVT, le había puesto una denuncia (o se la iba a poner) por un artículo.

Leí el artículo de Marías y consideré mi obligación defender públicamente su posición, y así lo hice en El Cultural, de El Mundo. Dado que nunca he sido un defensor de las novelas de Marías (le mandé el libro por eso, para hacer las cosas por encima de la mesa, con buen humor), creí que podía defender su posición con libertad, sin que nadie pensara que buscaba con ello obtener ningún favor.

Y eso es todo. Mi mayor diatriba contra Marías estaba ya en el libro que le envié y no leyó (si es que eso se refiere a mí).

En mi caso, la «humorística admiración» sigue siendo la misma que en ese libro y goza de buena salud: no he cambiado ni un milímetro.

Por todo eso pienso, estoy seguro de que no se refiere a mí.

Y sobre todo, porque me parecería demasiado infantil.

Por lo demás, lo que pienso sobre los libros de Marías ya lo he dicho (mucho antes de enviarle el libro aquel, que le envié por cortesía, ya que le había convertido en personaje).

Personalmente no le conozco. Le vi en una ocasión, en un cóctel, en el año 2003. No le saludé, porque no le conocía y, siendo él un escritor famoso y yo un don nadie, me parecía poco educado solicitar a cualquiera que me lo presentara.

Era el cóctel de la Fundación José Manuel Lara, con motivo del premio a la mejor novela del año. Las cinco novelas finalistas eran de estos cinco autores: de Marías, de Almudena Grandes, de Terenci Moix, de Vila-Matas y una mía.

El premio se falla en una cena, pero a eso de las cuatro me llamó mi editor, Pote Huerta, y me dijo que había ganado Terenci.

Me alegré.

La misma llamada debieron de recibir los otros cuatro.

Sin embargo, los únicos que, aun sabiendo que no habíamos ganado, acudimos al cóctel y a la cena fuimos Javier Marías y yo.

Esto lo he contado otras veces en muchos sitios.

Sólo por ese gesto siempre he pensado que es un caballero y le tengo aprecio.

Por eso no creo que se refiriera a mí. Estoy seguro. Sería una chiquillada de patio de colegio y una media verdad engañosa, algo impropio de Marías.

No pienses mal.

No dudo, sin embargo, que a Marías le parezca que no tengo ni puta gracia jamás.

Bueno, vale, me parece muy bien que lo juzgue así y, sólo por eso, no me voy a enfadar.

Y ya está, nada más.

A ver si mañana o pasado puedo escribirte algo más divertido.

Comments (71)

Tío Zebulónjunio 14th, 2008 at 23:45

«La envida es la polilla del talento»
Ramón de Campoamor

Pedro de Pazjunio 14th, 2008 at 23:57

«…Eso de que publicas en breve está por demostrar…«

Es lo que tiene el paso del tiempo. Que da y quita razones y acaba por poner a cada uno en su lugar. Sólo tiene que sentarse a esperar -le aseguro que no mucho- y ver lo que ocurre.

Oiga, ¿qué le parece si se crea usted una cuenta falsa en Hotmail y se dedica a increparme directamente por correo electrónico? Esto nos está quedando un poco largo ya y me temo que estamos aburriendo al personal.

Aburridojunio 15th, 2008 at 0:13

Anónimo ¿por qué no haces caso a la interesante sugerencia del Sr. De Paz? Te estaríamos todos muy agradecidos.

Tío Zebulónjunio 15th, 2008 at 4:28

«Estoy en desacuerdo con tus ideas, pero daría gustoso mi vida por defender tu derecho a expresarlas».
Voltaire

Rafael Reigjunio 15th, 2008 at 9:59

pues ya ve, Christian, sí
a que sí, cojo?
Puede ser, Daniel, claro que sí.
Amabilidad suya, don Antonio, pero se la agradezco.
Bueno, no lo he leído, pero está bien ser un poco cretino, Eva.
Es un secreto, Alberto. Una interlocutora ideal, digamos. Mi mail es reig@hotelkafka.com
Bueno, Dan, a mí no me gusta lo que escribe Marías, pero no es nada personal, no me cae mal ni nada.
Yo tampoco me clasificaría, Situacionista. ABrazo.
Un saludo, Cletus.
Verbo fácil? No crea, mundodede, mi trabajo me cuesta…
¿La novia de tu novio? Qué complicado, en fin. Lo de la manteca ya lo han explicado muy bien. Un abrazo.
Lectora y sexy? Qué chollo. Bébame, bébame. Un beso.
No, anónimo, hay que tratar a todo el mundo con cortesía, pienso yo.
Menudo honor, Emma. Un beso.
Haré lo que pueda, 29 febrero, a mí también me gusta hablar aquí con vosotros. Un abrazo.
El Ezcritor? Claro, no se me había ocurrido. Va a ser ese, sí.
Carta al director? No fastidie, hombre.
De acuerdo, Portorosa.
De acuerdo, eldiez, de acuerdo.
Esther, eso a que no me lo dice sin ropa? Un beso
Joder, anónimo, qué cargante es usted. Ande y vaya usted a paseo.
Espero que no, Pelayo. Un abrazo.
Ja, ja…no sé, la ruina, no sé.
No, yo no, yo aguanto bien.
No haga ni caso, Pedro de Paz, ni puto caso.
Un beso, Lenita, o dos.
Le haremos caso, Carlos.
Tú sí que eres estupenda, Belén, muchos besos.
No, estaba en la Feria, firmando sin parar, por supuesto.
Bueno, Pelayo, incluso con 6.000 euros mes me vale, no?
Tiene razón, begoyrafa, y gracias.
Mejor una primera parte, no? Desde el Cid hasta el Romanticismo… me lo pienso.
Abrazote, Javier.
Saludos, Horrach.
Bajón yo? Pero si yo ni siquiera tengo vida interior…
Besos y abrazos

Príncipe de ArroyoLuchejunio 17th, 2008 at 22:01

Don Rafael, estoy seguro que el señor Marías no se refería a usted, lo digo porque leí su manual y sí tiene gracia, y casi me zurran por ello.
Lo leía de camino al curro, hace ya dos veranitos, en el tren hacia Alcalá, rodeado de bigardos africanos y rumanos que me miraban de reojo y amoscados, ¿de qué se reirá este barbilampiño caballerete?
Habrá unos catorcemil blogueros, de los cuales milcuatrocientos estarán escritos por personillas con alguna r inicial en sus nombres o apellidos, de esos, unos cientocuarenta habrán escrito una novela con chispa que despierte sonrisas y carcajadas, de estas novelas supongo que catorce tendrán al autor de Todas las Almas como personaje… y de esos catorce, pues un 1,4 se la habrán enviado al hijo del discípulo dilecto de Ortega con admiración y cariño.
Así que descontando su persona, señor Reig… Seguro que hay por ahí un 0,4 de persona que ha hecho pupita en el corazón de ese señor que escribe tan divinamente, pese a que sus frases duran más que una meada mía después del tercer litro de mahou un viernes noche.
Gracias por su atención, se despide reverencialmente:
El Gato de Cheshire, que primero fue sonrisa y luego fue gato.
Marramiau.

Anonymousjunio 18th, 2008 at 16:11

a tí el primero, por hablar y por apocalíptico

nachojunio 24th, 2008 at 10:40

No creo que tu sentido del humor sea dudoso. El de el Sr. Marías tampoco; no lo tiene.

Tarántulajunio 28th, 2008 at 1:52

Excelente artículo.

Pues…cómo vas a pensar mal de Marías, por favor, mentes oscuras.

No está pendiente de esas nimiedades.

(PD: yo creo que sí leyó el libro)

PRO PRO MARÍASagosto 30th, 2008 at 23:27

Ay españolitos de pro, miren más allá de los Pirineos: atiendan a tantos y tantos lectores, críticos y autores extranjeros. ¿A ellos qué oscura fuerza los sedujo? La burda maquinaria de Prisa no hace más que explotar un diamante puro. ¡Lean la tradición, lean los tiempos, lean a Elide Pitarello! ¡¡Y después relean a Marias!!

(PD: A mi novia le encantó Mañana en la batalla… ¡en coreano!)

Escolar.net » Despreciar cuanto se ignoradiciembre 15th, 2008 at 13:22

[…] Uno de los bloggers que enfada a Marías, me temo, es Rafael Reig […]

pacharándiciembre 15th, 2008 at 17:43

Hola, disculpa mi ignorancia, pero debo entenderlo mal, ¿Has caricaturizado a este tipo bajo un personaje con su mismo nombre? Si fuera así a mí tampoco me haría gracia en su lugar, independientemente de lo cómico de la trama. Doy por hecho que no, que al menos cambiarías el nombre, o el apellido. Un saludo.

Aitordiciembre 15th, 2008 at 21:00

Javier Marías es uno de los más grandes escritores europeos actuales.
Además en toda su literatura subyace un tipo sensible, educado, preocupado por temas universales. Sobre todo es una persona que ha heredado de su padre su gusto por la Tercera España, aquella no sectaria, ni cabestra que apelaría siempre al diálogo y al entendimiento y nunca llegaría al enfrentamiento civil. Sus artículos hacen que merezca la pena comprarse cada domingo El País Semanal. Su trilogía «Tu rostro mañana» es una auténtica obra maestra.
Sr Reig, hoy leo su blog por primera vez y me parece muy interesante. Además le agradezco que haya vuelto a recordarme por qué me gusta Javier Marías por encima de otros escritores y articulistas.

Patriziadiciembre 15th, 2008 at 21:07

Creo que usted ha dado en hueso. Los fans de Marías somos legión. Por cierto, Rafael, ya que eres amigo de Sánchez-Dragó, ¿para cuándo una cena a tres y os reconciliáis? Los tres sois brillantes, inteligentes y célebres. No tenéis nada que envidiaros. Tal vez sólo a Dragó que tiene más éxito con las mujeres que Marías y tú juntos. Te lo digo por experiencia.

maridiciembre 16th, 2008 at 13:21

Ya que no se puede comentar el artículo de Marías en El País lo haré aquí (ventajas de los blogs).

Hace falta tener valor para criticar algo que se desconoce sobre todo sin aportar una solución, una vía. ¡Qué abra un blog el señor Marías y nos ilustre a todos sobre como se puede hacer bien! ¡Qué harta estoy de la vieja guardia que morirá sin entender que Internet es el más grande, más completo y mejor medio!

Lector Iracundodiciembre 26th, 2008 at 16:23

Javier Marías es una castaña transgénica.

Javier Marías, una estafa editorial. Cometida con la complicidad de la crítica, los medios, la Academia, la Universidad y el Ministerio de Cultura.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=21076

La facilidad para decir chorradas.
http://www.lafieraliteraria.com/dificultad.html

El cerebro en blanco.
http://www.lafieraliteraria.com/cerebroblanco.htm

Varias parodias sobre Javier Marías.
http://lectoriracundo.blogspot.com/search/label/Javier%20Mar%C3%ADas

Viajera del Parnasoenero 5th, 2009 at 23:09

Salvo sus artículos, la que suscribe no había leído ninguna novela de Marías y decidió estrenarse con «Tu rostro mañana». La experiencia terminó con esta pregunta para la que todavía no tengo respuesta: ¿Cómo ha podido este hombre meterse en la Real Academia?
Hacía años que no leía nada tan vacuo, presuntuoso y aburrido, ni tan mal escrito. Pero, desconcertada por su éxito y, sobre todo, por su prestigio literario, quise saber qué pensaban otros lectores. Y así fue como, navegando por Internet, di con la página de Hotel Kafka y con este blog. ¡El del señor magistrado ponente de la estupenda Sala de lo Literario! Tras comprobar que su hilarante y agudísima jurisprudencia se ha publicado en un volumen, voy a hacer limpieza y tirar al depósito de papel todos los números de «El Cultural» que guardé sólo por conservar aquella página, ¡la primera que leía cada jueves con el café matinal! Gracias por aquellas risas. Hacer reír es propio de discretos, que dijo el clásico. (¿Por qué desapareció aquella sección?)
Volviendo a Marías. En mi viaje cibernético por el parnaso hispano, me encontré también con la temible Fiera Literaria, que persigue al académico como una sombra. Sólo en una cosa coincidía con los que escriben ahí: su opinión sobre las novelas de Marías.
Lo cierto es que, hasta ahora, he encontrado más argumentos entre sus detractores que entre los que le consideran un buen escritor (ya no digo un genio ni candidato a novel).
Con todo, ocurren cosas difíciles de entender para quien observa las corridas literarias desde la barrera. Muchos escritores, ¿demasiados? Tal vez. Pero, ¿por qué todas las librerías- salvo las especializadas- venden los mismos libros?
¿Por qué algunos te salen a buscar en cada esquina («El niño del pijama a rayas») y otros has de buscarlos y esperar pacientemente a que una de las librerías más grandes de Madrid, una de esas donde, si no miras bien, te llevas por delante una torre bibliográfica de un metro de altura de ejemplares de «El ocho», te lo traiga? (Yo buscaba «El metro»).
¿Y qué hay de los exaltados comentarios de las contraportadas? Sr. Reig, ¿de verdad puedo creer lo que proclama Ud. del libro de Orejudo en el último número de la revista del Círculo de Lectores? (Por la breve reseña que aparece debajo, a mí me parece una castaña).
Soy una entre miles de lectores engañados y estafados. Confieso la última trampa en que caí: «El Club Bilderberg». Me lo regalaron, que conste. Es lo más estúpido que he leído en los últimos tres lustros y merece ser juzgado en la Sala 1ª de lo Literario.
Fiel seguidora de vuestros mensajes, ¡Feliz Noche de Reyes y Feliz 2009!

Viajera del Parnasoenero 5th, 2009 at 23:11

Corrijo: candidato a Nobel. Algunos piensan que Marías lo merece

La Condesa de Vehemenciajulio 30th, 2010 at 22:12

Te justificas demasiado. Eso te hace sospechoso. Eso y tu conspicua admiración hacia Marías. Hay demasiados comentarios y posiblemente el mío no lo lea nadia. Qué pena… Porque yo no tengo ningún prejuicio para decir que me gusta Marías. Me gusta como escritor, y eso hizo que indagara en la persona y me guste como humano, como hombre, como amigo… No le entendéis porque no queréis entenderle. Os jode que un tío tan culto despotrique contra la iglesia, la monarquía, -salvo el reino de Redonda- y ponga a los cuatro pijitos sin neuronas en su sito de forma que ellos no hubieran podido nunca hacer. Es humano, por lo tanto, no es perfecto. Pero para mí, es una brisa de aire fresco… Y una de las razones por las que sigo abriendo un periodico.
La condesa de Vehemencia.

Luz de Gasdiciembre 11th, 2011 at 23:56

Rafael Reig le mandó un libro dedicado a Javier Marías declarándole su admiración. Lo dice el blogero R.

Andrésenero 10th, 2014 at 2:32

Llego muy tarde.

Haya o no inquina, sea usted o no el misterioso «bloguero R», creo que lo de la mortadela sobró. En este país tenemos la costumbre, algo bárbara, de bromear sobre quienes no conocemos, o sobre quienes conocemos poco.

Si ustedes fuesen amigos, no habría pasado nada. Tiene que ser jodido el que digan del trabajo de uno, por insustancial que sea -y no puedo confirmarlo, ya que no he leído a Marías-, que es como la mortadela. Podría haber dicho simplemente que no escribía bien, o que a usted no le gustaban sus novelas. Y ya está. De esta forma, uno se evita complicaciones y sobre todo, la tediosa redacción de entradas sobre la cuestión, porque, si el ofendido novelista fue infantil, usted no le va a la zaga, creo yo.

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