Cuentan que la Calle Angosta de los Mancebos recibe su nombre por dos muchachos que se alojaron en ella tras ser detenidos bajo la acusación de haber matado a Enrique I arrojándole una teja desde una torre. Desde el local del número 2, donde hemos impartido clase durante los últimos años, podías detenerte a indagar el curioso baldosín de cerámica que ilustra esta historia.

Aunque dejamos de verlo en marzo de este año por la llegada de la pandemia, seguíamos manteniendo el local con la determinación de volver a abrir sus puertas en cuanto la tormenta pasara. Pero la tormenta no pasa, y además ahora nos han pedido que nos marchemos.

El año pasado el edificio cambió de dueño de una manera bastante opaca y polémica, que dio que hablar y que nos ha dejado como resultado un burofax en el que se nos insta a abandonar el local. Lo curioso, es que lo que nos piden entra dentro de la legalidad, por lo que nos vemos obligados a ejecutarlo.

Encontrar un local en los tiempos del Coronavirus resulta muy complicado. A nuestras exigencias como centro de estudios se unen las que nos imponen, eso sin contar con que en cualquier momento podrían volver a confinarnos. Por tanto, hasta que la situación actual cambie y encontremos el local perfecto para seguir recibiendo a nuestros huéspedes literarios, la dirección de Hotel Kafka ha decidido suspender momentáneamente toda la programación presencial.

Esto no afecta a la formación online ni a nuestro compromiso con una enseñanza eminentemente práctica en la que los alumnos aprendan indagando sus límites y descubriendo nuevas maneras de abordar un texto, solo que todas nuestras aulas seguirán siendo virtuales y los apuntes, digitales.

Gracias a todos los que habéis dado vida a nuestro centro durante estos años. Dejamos entre sus paredes miles de historias, reales e inventadas, que ya forman parte del barrio. Ahora nos toca vivir un periodo de adaptación continua a circunstancias excepcionales, pero no renunciamos a nuestra máxima de que Hotel Kafka sea un lugar de encuentro para la libre creación, por lo que, en cuanto podamos, volveremos a abrir las puertas.