Hotel Kafka - Escuela de Ideas

Tfno.
917 025 016

Estás en Home » Blogs » Paul Auster

sábado, noviembre 17, 2007

El combate de Mailer

JOSEP MARIA Fonalleras
ESCRITOR
Miro una de las últimas entrevistas que concedió Norman Mailer en la televisión. Habla de su última novela, El castillo en el bosque, un relato en boca de un demonio sobre la infancia de Hitler, algo que va a escandalizar a propios y extraños: "Se van a quedar lívidos". Lo dice con mirada altiva y con esas enormes orejas que en su vejez destacan más. Con aire provocador, como lo fue toda su vida, llena de trifulcas con escritores (como la famosa pelea con Gore Vidal) y de navajazos. La imagen de Mailer es, para unos, irritante; para otros, tierna. Paul Auster está entre los segundos. Woody Allen, entre los primeros. En El Dormilón, el protagonista dice a un científico: "Este es un retrato de Norman Mailer. Legó su ego a la Facultad de Medicina de Harvard". El gran y sarcástico David Foster Wallace le clasifica, junto a Updike y Roth, entre los Grandes Narcisistas Masculinos.


Todo tiene su explicación. Mailer irrumpió muy joven en el panorama literario estadounidense con Los desnudos y los muertos, su novela sobre la II Guerra Mundial en el Pacífico, y fue labrando una trayectoria de escritor como quien construye el edificio de alguien a quien la sociedad tiene en cuenta. Él mismo reconocía hace poco que estamos en un mundo en el que la literatura ya no es lo que era. Mientras tanto, a lo largo de su vida, obsesionado por escribir la "gran novela americana", se planteó la literatura con ambición sin límites: "Escribir una novela es, en cierta medida, como una escalada. Si eres ambicioso, intentas retos que están más allá de tus fuerzas".
En el camino, fue espectador (y actor) de los acontecimientos que marcaron el siglo XX. El nuevo periodismo bebe de Mailer y, por supuesto, de La canción del verdugo (con ese enorme asesino llamado Gary Gilmore) y de Los ejércitos de la noche, y también de la famosa crónica de la convención demócrata de 1960, en tiempos de Kennedy.
Para Harold Bloom, estaba en el Olimpo de los escritores americanos vivos, junto a Pynchon, DeLillo y Cormac McCarthy. Ahora nos deja, en legado, ese castillo hitleriano a punto de publicarse en España.

Etiquetas: , ,

© 2006 Hotel Kafka. C. Hortaleza 104, MadridTfno. 917 025 016Sala de PrensaMapa del SiteAviso Legalinfo@hotelkafka.com