¿Te suena la pregunta? Puede que ya alguien te la haya formulado. Y si no es el caso, deberías preguntártelo, porque en tu respuesta está la motivación que necesitas para escribir. Así que… ¿por qué escribes?

La clave de tu respuesta está en el enfoque. Tal vez creas que si alguien te pregunta la razón por la que escribes, espera que le cuentes la causa que provocó que empezaras a escribir. De hecho, puede darse el caso. Entonces tirarás de memoria, si no tienes la causa muy presente, y surgirán respuestas del tipo: «Porque siempre he tenido mucha imaginación», o «Porque alguien me dijo que se me daba bien», o «Porque desde mi adolescencia lo he necesitado». Todas respuestas muy válidas, pero ninguna lo suficientemente motivadora.

Lo bueno es que conviertas el acto de escribir en la causa y te plantees el efecto que quieres conseguir. Que en vez de volver la vista al pasado, mires hacia el futuro, porque es donde vas a encontrar la motivación para seguir escribiendo. Razones hay millones, desde que quieres alcanzar la fama o la inmortalidad, hasta que has hecho una apuesta. Todo vale.

Hazte la pregunta e interiorízala. Recurre a ella cuando vayas a sentarte a escribir o si te desanimas. Conocer la respuesta no va a convertirlo todo en algo rápido y sencillo, pero te mantendrá en el buen camino.

Ahora que ya te has planteado el motivo por el que escribes, estás en plena forma para hacerlo. Hotel Kafka está a tu disposición para todo lo que necesites a partir de este momento: adquirir conocimientos, herramientas, crear un hábito de escritura, jugar con ella, encontrar tu voz, aprender a detectar los aciertos y fallos, compartir la inquietud… Te invitamos a que lo compruebes en nuestros talleres y cuentes con nuestro apoyo para desencadenar el efecto que deseas.

 

Talleres